De la Biblia no hay ningún orignal sólo tenemos apógrafos, copias y citas de los originales. A estos apógrafos los llamamos testigos textuales.
1. Los principales testigos del IV Evangelio:
Lo más antiguo que tenemos es P52 que publicó Roberts, escrito por reverso y anverso. Contiene una parte del proceso de Jesús frente a Pilato. Los especialistas lo han datado en el primer cuarto del siglo II.
A principios del s. II no sólo estaba escrito el cuarto Evangelio, sino que ya estaba copiado, recopiado y difundido al menos por toda la cuenca del Mediterraneo y podría muy bien deberse al apóstol Juan. Este papiro procede de Egipto lo que demuestra la expansión de las copias de este texto.
Otro papiro el P66 contiene prácticamente todo el Evangelio del Juan (175 al 200)
2. Los principales problemas críticos del cuarto Evangelio:
¿Hay partes del Evangelio que puedan ser dudosas, críticamente hablando? Hay que decir que en general, este Evangelio se nos ha conservado fielmente a través de su transmisión, durante todos estos siglos.
Un primer problema, o quizá presunto problema lo proporciona Jn 21. Parece una ruptura literaria. Sin embargo desde el punto de vista crítico no existe el problema, porque el capítulo 21 aparece en todos los manuscritos completos del 4º Evangelio, incluso en los más antiguos. No hay razón objetiva textual para separar este capítulo del IV Evangelio. El capítulo es evidentemente joánico, por el vocabulario, el estilo muy semítico.
El segundo problema crítico ya es mayor. En Jn 5,3b los distintos testigos aparecen de distinta manera, podría ser una interpolación añadida al Evangelio de Juan. Trata del llamado paralítico de la piscina.
El tercer problema es el episodio llamado de la mujer adultera en Jn 7,53a Jn 8,11. Posiblemente no sea original de Juan, porque los testigos más antiguos no lo contienen pero aparece en cambio en testigos del Evangelio de Lucas, lo que nos hace pensar que sea precisamente de este Evangelio.
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