domingo, 29 de mayo de 2011

CURACION DEL HIJO DE UN CORTESANO

CURACION DEL HIJO DE UN CORTESANO

Jesús partió para Galilea, el segundo signo, como el primero, tendrá lugar también en Caná. Juan conoce la tradición que narra Lucas

Caná, donde había convertido el agua en vino, y el tercer día de su camino. Había un empleado del rey Herodes Antipas.

El signo subraya la fe y el poder de la intercesión. Se critica la fe que necesita milagros. Ante la curación, el cortesano cree con toda la familia.

Juan recuerda que este fue el segundo signo de Jesús.

Posiblemente Juan presenta aquí la misma tradición del hijo del centurión. Se subraya el poder de la fe, aunque cambia el protagonista.

CRISIS DEL JUDAISMO: LA PALABRA Y LA LEY

Los capítulos 5 y 6 forman una unidad, se critica la visión judía de la ley. La vida no viene por la ley, sino por la obediencia a la palabra vivificante de Jesús.

El signo

Las circunstancias

No se precisa cuando se hizo el signo: En una fiesta (sugiere la fiesta de los tabernáculos). Se realiza en la piscina, llamada Betzata, junto a la puerta de las ovejas, alimentada por una correinte de agua con poderes curativos. Una glosa: un ángel del Señor bajaba y la movía.

El milagro

Nos presenta un enfermo en una situación desesperada: lleva 38 años esperando. Jesús toma la iniciativa. Pregunta si quiere ser curado. Jesús le cura con su palabra: “Levántate, toma tu camilla y anda”. La palabra surte efecto inmediato. Lo que no pudo el agua “judia” lo puede Jesús. Fue curado por la palabra de Jesús y la obediencia a ella.

La acusación

Era sábado. Los judíos, legalistas, llaman la atención al curado por llevar la camilla en sábado. Más tarde encuentra a Jesús y le dice: “no peque más, no sea que le suceda algo peor”. Asocia la enfermedad al pecado. Jesús no quiere confirmar esta opinión. Quiere conducir al curado de una dicha simplemente humana a una reflexión teológica. Curación y perdón so paralelos en cuanto que ambos pertenecen a los plenos poderes del Hijo del hombre. El curado da a conocer la identidad del que le curó.

Discurso apologético de Jesús

Los judíos persiguen a Jesús

El motivo de la persecución es la no-observancia del sábado. Niegan a Jesús el poder violar el sábado: sólo Dios puede hacerlo. Jesús, al hacer lo que sólo Dios puede hacer, prueba que es el Hijo del hombre. Juan concluye: Jesús es igual a Dios, es el Hijo del hombre.

Punto de pártida: la tesis de la teología rabínica

Dios no descansa el sábado: Mi padre sigue trabajando y por eso obro yo también. Jesús afirma un paralelismo estrecho entre el Padre y él.

Los judíos reaccionan fuertemente buscando su muerte, con doble acusación: violación del sábado y hacerse igual a Dios.

Defensa personal de Jesús

Jesús se defiende afirmando que no viola el sábado, porque actúa como Dios. Su palabra es vivificadora, como la de Dios. Explica por qué cura su palabra, cuando es obedecida.

El conjunto está inspirado en la parábola del aprendiz. Jesús se presenta como el aprendiz del Padre.

Visión del conjunto:

Comienza con una declaración solemne en tercera persona: en verdad, en verdad os digo. Afirmación de unidad de acción con el Padre. Concluye con una finalidad: la misma honra al Hijo que al Padre. Introduce una afirmación paralela: si hay unidad en las obras, también en las palabras, por lo que hay que aocogerlas.

Vuelve al tema de la unidad de las obras en la perspectiva del juicio futuro. Repite el Hijo obra en unidad con el Padre. Repite en forma negativa el Hijo no hace nada de forma autónoma. Positivamente expresan la experiencia directa que Jesús tiene del Padre.

Identidad de acción:Padre-Hijo. Esta unión de vida y acción se funda en el amor del Padre por el Hijo.

Y le mostrará cosas mayores: Juan suele relacionar una revelación determinada personal de Jesús con la revelación de su vida.

Juzgar se refiere a las intervenciones de Dios en la historia, que culminará en la intervención final, en el juicio escatológico.

Consecuencias:

El Hijo debe ser honrado como lo es el Padre y la necesidad de acoger la palabra del Hijo.

Que viene la hora y ya está aquí en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que la hayan oído se salvarán. La frase habla de un futuro que ya ha llegado. En un perspectiva del ya sí, pero todavía no.

Este dar vida se debe a que el Hijo tiene vida en sí mismo, como el Padre.

Jesús les exhorta a no maravillarse de sus afirmaciones. Son verdaderas, cosas que podrán constatar, la resurrección final.

Hay dos tipos de resurrección, resurrección-gloria (positiva) y resurrección-juicio condenatorio (negativa) determinadas por el bien y el mal que se obren en el presente.

Juan habla de resurrección para todos, pero emplea una terminología especial: resurrección para la vida y resurrección para el juicio negativo.

Los testigos

Jesús ha dado testimonio en su propio proceso. Y la legislación judía no permite que el acusado sea testigo en su propio proceso.

Otro da testimonio de mi y su testimonio es verídico. Este es el testimonio adecuado para una misión divina.

Jesús recuerda el testimonio dado por Juan (fue una lampara que ardió y dio luz). Insiste en el testimonio del Otro. Es el Padre y consiste en las obras que el Padre le dio realizar. La armonía entre la voluntad de Dios y las obras de Jesús son garantía de veracidad del testimonio de las obras.

El mismo Padre que le ha enviado dio testimonio de Jesús, testimonio dado en el pasado, en la Historia de la Salvación que relata el AT. Toda revelación de Dios, prepara el testimonio a favor de Jesús. Jesús les invita a escudriñar la Escritura. Se refiere a la actividad de estudio de la Escritura, a la que dan tanto importancia los judíos.

En resumen, el Padre, Juan y la escritura dan testimonio de Jesús.

Requisitoria

El acusado se convierte en juez de los judíos. Realmente no buscan la gloria de Dios, no tienen el amor de Dios, no aman a Dios, pues no aceptan a su enviado debidamente avalado.

Esta incredulidad tiene su raíz en la propia vanidad, buscando mutuamente la gloria entre ellos.

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