domingo, 29 de mayo de 2011

DISCURSO DE DESPEDIDA (13,31-17,26)

Introducción

En el libro de los Signos Juan narra primero un signo y después continúa con un discurso explicativo, aquí en el Libro de la Gloria el discurso explicativo antecede al signo. El sentido e implicaciones del mayor de los signos de Jesús: su vuelta al Padre.

Muerte y resurrección es la realidad anunciada ya presente a los lectores. El que habla ahora es Jesús glorioso, sus palabras se ofrecen a la luz del Espíritu. Se cuenta la historia como Jesús glorioso la contaría ahora a los creyentes.

A. Composición.

Las partes que forman el discurso no siempre estuvieron unidas. Existen incoherencias (en las explicaciones, en las afirmaciones, en la lógica), repeticiones. Los temas cambian en función de los hechos vividos. Intentos de reordenar el texto, Compuestos por diversos materiales, estos se unen en varios discursos de despedida, estructurados en torno a un núcleo primitivo de material asociado a la Última Cena.

B. División

I. Un discurso de despedida al que le añadieron unas pocas ideas.

II. Pequeñas unidades reelaboradas: Tres secciones: a) Adaptado al contenido de la Última Cena con temas de despedida, entre los que dominan el amor mutio. b) el odio del mundo a Jesús y discípulos. c) Los oyentes son los discípulos sentados a la mesa, un duplicado a)

III. Material de diverso origen, ha sido unificado.

C. Genero literario: discurso de despedida

Alusión al pasado del que se despide, consejos, habla del futuro.

2. Exégesis

I Primera parte (13,31-14,31)

A. Introducción (13,31-38). Se anuncian dos temas importantes, la partida y el amor.

El conjunto consta de tres ideas: glorificación, partida y amor y negación de Pedro.

La glorificación de Jesús es la finalidad de la hora, implica la vuelta al Padre y por ello la partida. En la partida Jesús continúa presente entre los suyos por el amor. Pedro no entiende bien la naturaleza de la partida y desea seguir a Jesús.

a) La glorificación (31-32)

Proclamación de la glorificación del Hijo del hombre. Se pone en marcha con la salida de Judas para traicionarlo.

b) La partida y el mandamiento nuevo (33-35)

Hijos mios: se dirige a los discípulos en contexto de Cena Pascual. Anuncia la partida. Él y el Padre vendrán a ellos. Para ello les da un mandamiento nuevo, que les permite vivir unidos a Jesús (contexto de alianza, pueblo, comunidad).

Amor de unos a otros, entre cristianos, idea propia de Juan. Se trata de amor afectivo y efectivo, como el de Jesús. Este amor debe identificar al discípulo.

c) Negación de Pedro (36-38)

Pedro pregunta a dónde va Jesús, para seguirle. Quiere sacrificar su vida para “salvar” la de Jesús (ironía). No valora su debilidad, se sobreestima.

B. Desarrollo (14,1-31)

Después de anunciar su partida, Jesús no habla de lo que sucederá a él sino de lo que sucederá a los discípulos. Volverá para tomarlos consigo. Jesús y el Padre acogerán sus peticiones. Vendrá el Paráclito. Jesús volverá a ellos y así vendrá también el Padre. Los vv1 y14 forman una inclusión, lo mismo que 15 y 24.

a. 14, 1-14. Creer en Jesús. Creer es el verbo que predomina. Actitud que ha de tener el discípulo ante la partida: no temer sino confiar. Creer en el Padre implica creer en Jesús. Jesús con su partida va a hacer posible el acceso a la casa del Padre.

Jesús es el camino. Camino es el predicado principal, verdad y vida son explicaciones. Conocer a Jesús es conocer al Padre y ver a Jesús es ver al Padre. No se trata de saber sino de pertenecer a la verdad. Jesús es la vida, es el canal por donde llega a los hombres la vida del Padre. Sólo puede dar a los que creen en él. La vida viene por la verdad. En la medida en que los discípulos conozcan a Jesús, conocerán al Padre. La pregunta de Felipe alude a la aspiración de los cristianos que buscaban una visión mística de Dios.

El que ve a Jesús ve al Padre, porque el Padre está en el Hijo y el Hijo en el Padre. Las palabras y obras de Jesús dan testimonio de esta íntima unión. Dos motivos para creer: creer en mi, creer por mis obras.

Poder del que cree en Jesús. La fe capacita para realizar las obras de Jesús, y aún mayores, porque la fe une a Jesús y al Padre y hace participar de su poder. Lo que pidan en el nombre de Jesús, el Padre lo hará. En nombre de Jesús es en comunión a Jesús, y como Jesús esta en comunión con el Padre, no hay duda de que la petición será escuchada.

b. El Paráclito, Jesús y el Padre vendrán a los que aman a Jesús (14,15-24). Amar domina esta división. Amar a Jesús es guardar sus mandamientos. La venida del Paráclito está condicionada al amor a Jesús y a la guarda de sus mandamientos.

El amor a Jesús apunta de nuevo al ambiente de alianza de la Última Cena. Aquí se pide un amor exclusivo a Jesús, presencia visible de Dios entre los hombres, estableciendo una nueva alianza. Este amor exige obras concretas. Si se realiza tendrá lugar una nueva alianza.

El Paráclito es el Espíritu Santo, le llama otro Paráclito pues el primero fue Jesús. Está enraizado de diversas formas en el AT: persona que continúa la obra de otro, el espíritu de Dios que crea profetas y enseña, el ángel que defiende, la sabiduría que habita en el hombre y enseña. Para verlo es necesario una visión espiritual. La inhabitación del Espíritu es la base del reconocimiento.

La vuelta de Jesús: Lo que dice es paralelo a lo dicho sobre el Paráclito. Este paralelismo es el recurso que emplea Juan para decir que la presencia de Jesús se cumple y realiza en y por el Paráclito. No se trata de dos presencias, sino de la misma. No dejará a los discípulos huérfanos. Jesús llama a los discípulos hijitos lo que implica que Jesús es padre-maestro. Recibirán de Jesús viviente un vivir que les capacitará para ver. Para ver es necesario vivir. Serán capaces de reconocer que el Hijo está en el Padre, ellos en el Hijo y el Hijo en ellos.

Amar a Jesús y guardar sus mandamientos son dos facetas del mismo camino vital.

La venida del Padre (14,22-24): El hecho de recurrir a tal apóstol (Judas), es indicio de historicidad. Judas desea una revelación pública para todos y pregunta la razón de una revelación sólo a los discípulos.

Repite lo que implica ver a Jesús y así implícitamente dice por qué el mundo no le puede ver. Repite el esquema de los trozos anteriores: amar a Jesús, guardar sus palabras.

c. Conclusión primitiva. Últimas recomendaciones antes de la partida (14,25-31)

Forman la conclusión primitiva del Discurso de Despedida en el contexto de la Última Cena. Tiene aire de último adiós y el último versículo ofrece la señal de partida.

Se resume las ideas expuestas hasta ahora: Paráclito, no temer, me marcho, volveré a vosotros, si me amarais, os hablo antes de que suceda, el principe de este mundo. Se puede dividir en:

- La misión del Paráclito para enseñar. Jesús distingue su tiempo del tiempo del Espíritu. La única vez que en Juan aparece Espíritu santo en forma plena. La finalidad de la misión es completar la obra de Jesús.

- El don de la paz. Según Juan es un don paralelo a la vida, luz y el gozo

- Partida de Jesús. Despedida. Se va pero volverá a ellos. No temer.

- Batalla con el Príncipe de este mundo. Se refiere a Getsemaní, del que no se habla directamente en Juan.

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